Un 28 de noviembre, pero del 2000, el fútbol se rendía a los pies de Boca: el Xeneize le ganaba por 2 a 1 al Real Madrid en Tokio con dos goles de Palermo y se consagraba campeón del mundo. Así, inició una época de esplendor en el plano internacional y se ganó el respeto de los equipos más poderosos del planeta.
Parecía difícil, prácticamente un imposible. Luego de 22 años, Boca volvía a disputar una Copa Intercontinental. Y se enfrentaba nada menos que al poderosísimo Real Madrid de aquel entonces, dirigido por Vicente del Bosque, que formó con Casillas; Geremi, Hierro, Iván Campo y Roberto Carlos; Makelele, Helguera, McManaman, Gutiérrez; Luis Figo y Raúl.
En la lejana noche de Tokio, Carlos Bianchi paró a Córdoba; Ibarra, Traverso, Bermúdez y Matellán; Serna, Battaglia, Basualdo; Riquelme; Delgado y Palermo.
Ni el más ingenuo ni el más optimista hincha de Boca pudo imaginarse un comienzo tan auspicioso.
Apenas corrían dos minutos cuando Chicho Serna cortó un lateral, Basualdo metió larga para el desborde del Chelo Delgado por la izquierda y envió el centro preciso al borde del área chica que Palermo conectó en el aire para gritar que el sueño era posible. Mucho menos pensado era que, cuatro minutos después, Riquelme coloque un pase magistral de 80 metros y el mismísimo Titán venciera en velocidad a Geremi para asestar un zurdazo soberbio por debajo del cuerpo de Casillas y poner el partido 2 a 0.
Cuando Roberto Carlos la clavó en el ángulo a los once minutos le recordó al Xeneize que el equipo español tenía 80 minutos más para revertir la situación. Pero Boca sabía lo que tenía que hacer.
Riquelme concretó uno de los partidos más brillantes de su carrera, convirtiéndose en amo y señor del juego, gambeteando camisetas merengues que no podían adivinar para qué lado saldría el Diez tras la infinidad de pisadas. Boca aguantó y lo logró. Se subió al escalón más alto y miró al mundo desde arriba. Se ganó el respeto de los más poderosos del planeta. Y sembró la semilla para todo lo que vendría después.
El resumen del partido
¡Qué recuerdos!
IMBORRABLE, en el 2000 era medio pendejon pero me recuerdo levantadito de mañana para ese partido diosssss que alegria!!!!! GRABADO EN LA MEMORIA