Boca venció 3-0 a Godoy Cruz y volvió a festejar tras dos caídas consecutivas. Riquelme y Gigliotti (2) marcaron los goles. El xeneize dio buenas señales y se ilusiona con pelear el campeonato.
Aire nuevo, puro, para el conjunto que dirige Carlos Bianchi. El xeneize atravesó con éxito un partido que se preveía complejo, creció colectivamente y contó con destacadas actuaciones individuales que fueron determinantes para cerrar un buen domingo ante Godoy Cruz.
Los primeros minutos de Boca en el partido fueron auspiciosos. La creación de juego, con la sociedad Riquelme – Gago, ofrecía sus mejores virtudes; la presión defensiva era compleja para el conjunto mendocino.
La movilidad de Martínez y la punzante banda izquierda, compuesta por Colazo e Insúa, eran explotadas por Riquelme, de quirúrgica precisión en el inicio. De los encuentros entre el «Burrito» y el capitán xeneize salía lo más riesgoso del ataque xeneize. Así fue como a los 8 minutos, Riquelme recibió una pelota en tres cuartos de cancha y, pausa mediante, habilitó por arriba a Martínez, al que el portero Carranza le cometió penal cuando le intentó quitar la pelota en el área. El Nº10 de Boca lo canjeó por gol con un remate al palo izquierdo del arquero y puso en ventaja al xeneize.
Lo alentador del rendimiento xeneize del comienzo empezó a opacarse al avanzar el partido. Una cancha pesada por las condiciones climáticas obligaron a bajar el ritmo de juego. Boca cometió, una vez más, el error de replegarse defensivamente. Godoy Cruz creció y le trajo dolores de cabeza a la defensa xeneize con los envíos cruzados (especialmente a las espaldas de Insúa). El conjunto de Almirón tuvo varias ocasiones para igualar el marcador pero entre la seguridad de Orión y la ineficacia ofensiva, el visitante se quedó con las ganas.
Sobre el final de la primera etapa, el xeneize equiparó nuevamente el trámite, aunque siguió padeciendo las zozobras defensivas. Tras el entretiempo, Erbes ingresó por Gago. El inicio del complemento tuvo a Godoy Cruz nuevamente muy activo en ataque, pero algo cambió en el xeneize. Con Forlín como estandarte defensivo, fortificó la última línea. El conjunto mendocino se descompensó y, a los 3 minutos del inicio del complemento, Martínez habilitó en un contrataque a Gigliotti, que eludió al arquero, de floja resistencia, y convirtió el segundo gol para Boca.
La diferencia en el marcador trajo un bálsamo futbolístico para el conjunto de Carlos Bianchi. El ímpetu del visitante se vio dañado por el gol y Boca comenzó a transitar el partido con calma.
Desorientado, Godoy Cruz insistía ofensivamente pero ya sin efecto: Boca respondía defensivamente y generaba opciones para los filosos contragolpes, conducidos por el 10 y el «Burrito» Martínez. En uno de ellos, Gigliotti tuvo una ocasión inmejorable tras una asistencia de Riquelme, pero su remate se fue por arriba del travesaño. Bianchi intentó equilibrar al equipo y optó por el ingreso de Ledesma por Martínez. ¿La nota? Hubo silbatina para el volante, protagonista de una disputa mediática.
Con el partido casi sellado, Boca encontró una buena combinación ofensiva y el arquero Carranza cometió su segundo penal de la jornada, esta vez ante Colazo, que lo había desbordado y se iba en soledad para el gol. En esta ocasión fue Emmanuel Gigliotti quien marcó desde los doce pasos y puso cifras definitivas para el partido.
La Bombonera festejó un próspero triunfo de Boca. Con ovación a Riquelme incluída, el xeneize sumó mucho más que tres puntos: se reparó anímica y futbolísticamente tras dos derrotas sufridas. Quedó abierta cierta esperanza de disputar el campeonato. La semana que viene será clave, pues visitará a Colón de Santa Fe, uno de los líderes del torneo.