Con un gol de otro partido de Juan Román Riquelme sobre la hora, Boca festejó en Victoria y venció a Tigre por 1 a 0. El Xeneize alcanzó la veintena de puntos en el Torneo Final, y aunque está lejos de los primeros puestos, ratifica la mejoría y se mete en la Copa Sudamericana.
El equipo de Bianchi y el de Alegre ofrecieron un primer tiempo entretenido. Sin demasiadas situaciones claras, pero evidenciando ganas de jugar y entrega. Con Riaño de 9 en lugar de Gigliotti como la principal novedad táctica, el Xeneize buscaba salir de la racha de empates en cero contra Colón y San Lorenzo, en las últimas dos jornadas.
Sin embargo, el gol parecía seguir negándosele a los jugadores de Boca. Hacia el cuarto de hora de partido, Riquelme cedió para Acosta. El petiso sacó un buen remate desde la medialuna del área, pero su disparo chocó contra el poste, aliviando a un Javi García que nada hubiera podido hacer. Fue, pese al entusiasmo de los equipos, quizás la ocasión de gol más clara de los primeros cuarenta y cinco minutos, que mostró a un Tigre abocado a la presión constante y con Nahuelpán como principal peligro para la defensa xeneize, junto a Matías Pérez García. Fue precisamente Nahuelpán quien más inquietó a Orión: primero con un potente tiro libre que se perdió apenas arriba; después, una buena combinación con Pérez García lo dejó frente al arquero, que lo atoró justo y salvo la caída de la valla xeneize.
Y el complemento fue de mayor a menor. Porque la imprecisión dominó la escena y el empate se fue perfilando como el resultado más justo para lo ofrecido por ambos equipos. El Virrey movió el banco con los ingresos de Gigliotti, Ledesma y Sánchez Miño, por Acosta, Erbes y Colazo, respectivamente. Pero nada parecía cambiar. Boca estaba a punto de sellar el tercer cero a cero consecutivo, cuando Riquelme tomó la pelota en tres cuartos de cancha, calibró la mira y sacó un terrible fierrazo que se coló contra el palo derecho de Javier García, cuando corrían ya los últimos dos minutos del encuentro. Nada que hacer para el arquero ni para Tigre: definición de otro partido y 1 a 0 para el Xeneize.
Inesperado, pero triunfo al fin. Boca no tuvo mucho más mérito que Tigre para llevarse los tres puntos, pero sí una diferencia fundamental con el Matador, y acaso con cualquier otro equipo: a Riquelme, un enganche que se inspira y que, con la magia intacta, define un partido condenado a la intrascendencia, para darle una alegría a los hinchas en el último hálito del partido, pero también para meterle presión a la CD de cara a la renovación de su contrato.