Jonathan Calleri, uno de los futbolistas mimados por el hincha, ingresó en el complemento y de la mejor forma: a 10 minutos del final, recibió en soledad y colocó la pelota contra el palo más lejano de Barovero, en una definición categórica. Era el 4 a 0 y reactivaba las redes millonarias, que tanto se habían agitado en el primer tiempo y llevaban calmas, por primera vez en el partido, más de media hora.
«Nos debíamos este partido a nosotros mismos. Por suerte pudimos hacer cinco y golear», analizó Calleri. También descartó que Boca hubiera aflojado su vocación de ataque con el partido ya controlado: «Si era por mí, les hacíamos diez».